
Las acciones de sostenibilidad de ambas compañías también promueven el reciclaje de embalajes y contribuyen a la mitigación de los cambios climáticos
Brasil produce anualmente cerca de 160
millones de toneladas de alimentos. Un dato alarmante es que, de este volumen,
se desperdician 55 millones de toneladas, según el informe Diagnóstico el Hambre y
el Desperdicio de Alimentos en Brasil, elaborado por Integration Consulting en
asociación con el Pacto Contra el Hambre. Las pérdidas se distribuyen a lo
largo de la cadena de producción y consumo: el 31,2% ocurre en la etapa de
producción; el 19,5%, en el almacenamiento y transporte; el 21,5%, en el
abastecimiento; el 14,3%, en el comercio minorista; y el 13,5% en el consumidor
final, informa el estudio.
Conscientes de esta necesidad apremiante, BRF, propietaria
de las marcas Sadia, Perdigão y Qualy, y su principal accionista, Marfrig,
uno de los líderes mundiales en la producción de carne bovina, cerdo y de aves,
y el mayor productor de hamburguesas del mundo, han implementado acciones para
hacer las cadenas de producción más sostenibles. “Al promover acciones que
preserven recursos y minimicen el desperdicio, estamos ayudando a crear una
cadena productiva más responsable y que responda a las expectativas de un
consumidor cada vez más preocupado por el impacto de sus decisiones de compra
en el medio ambiente y la sociedad”, explica Paulo Pianez, director de
sostenibilidad de BRF y Marfrig. “Creemos que la sostenibilidad debe estar en
el centro de todas las decisiones, tanto para las empresas como para los
consumidores”.
BRF, por medio de un movimiento de Pérdida
Cero, cuenta con iniciativas para reducir el desperdicio en la producción,
incluyendo el mejor aprovechamiento de alimentos, agua, energía eléctrica y
otros recursos. Mediante procesos como la limpieza y el secado de granos, que
preservan la calidad y controlan las plagas, BRF reduce las pérdidas en la
recepción de commodities. En la agropecuaria, capacita a productores y
oficiales de bienestar animal, promoviendo buenas prácticas que mejoran la
productividad. En la logística, con más de 5 mil camiones monitorizados en
tiempo real, la empresa evita pérdidas al seguir el movimiento, la temperatura
y las condiciones de las cargas, previniendo fallos en la refrigeración.
Durante la producción de carne bovina en
Marfrig, la empresa también se enfoca en el aprovechamiento total del animal,
asegurando que prácticamente todas las partes se utilicen de manera productiva.
Este cuidado se aplica no solo a las carnes para consumo humano, sino también a
huesos, grasas y pieles, que se transforman en materias primas valiosas para
diversas industrias.
Otra acción relevante en esta área,
implementada por Marfrig, es el Programa Açougue Mais, que ofrece formación a
los empleados de las tiendas de clientes socios, con el objetivo de
estandarizar procesos y procedimientos, incluyendo orientaciones sobre la
recepción de mercancías, limpieza, organización de inventarios, manejo y
presentación de productos, evitando así pérdidas por manipulación incorrecta.
“En BRF y Marfrig entendemos que la
sostenibilidad es un pilar esencial para el futuro de la cadena de producción
de proteína animal. Tenemos la responsabilidad de adoptar prácticas que
minimicen los impactos ambientales y promuevan el uso eficiente de recursos.
Evitar desperdicios, especialmente de alimentos, es una prioridad en todas las
etapas del proceso productivo”, dice Pianez. “Mediante innovaciones
tecnológicas, optimización de procesos y concientización de los colaboradores,
conseguimos reducir pérdidas y garantizar un aprovechamiento más sostenible de
los insumos.”
Adaptación y mitigación climática
En lo que respecta al combate de los cambios climáticos, BRF y Marfrig han actuado en pilares que incluyen la compra sostenible de reses y granos, el uso de energía renovable y agronegocios de bajo carbono, el aprovechamiento de recursos naturales como la energía limpia de fuentes renovables, la economía circular y la gestión de residuos con logística inversa. Además, con el uso de embalajes reciclados, en asociación con eureciclo, BRF comenzó en 2024 a compensar el 100% de los embalajes posconsumo de la línea Sadia Hot Bowls, reciclando más de 20 millones de embalajes y cerca de 500 toneladas de residuos por año. Sadia es pionera en la reciclaje total de los recipientes de su línea de platos listos, al igual que Qualy en el mercado de margarinas. Los embalajes están hechos de polipropileno, cartón y plástico, y son reutilizados por cooperativas de recolectores en varios estados, generando ingresos para muchas familias.
En el campo de las energías renovables, BRF
ha logrado avances significativos. Actualmente, el 57% del volumen de
producción de aves ya utiliza energía solar fotovoltaica. La energía limpia
producida sería capaz de abastecer una ciudad de aproximadamente 200 mil
habitantes.
Además, BRF y Marfrig ya han alcanzado el
100% de la trazabilidad de los proveedores directos de granos y reses mediante
monitoreo geoespacial. También han logrado mapear el 90% de los proveedores
indirectos de granos y el 79 % de los indirectos de reses en todas las regiones
brasileñas. “La trazabilidad es importante para garantizar que los granos
utilizados para la producción de piensos y las reses provengan de áreas
autorizadas, alejadas de zonas de preservación ambiental o indígena, evitando
contribuir a la deforestación y sus consecuencias, como la emisión de gases que
intensifican el calentamiento global”, explica Paulo Pianez.
Acciones sociales
Las iniciativas enfocadas en la educación para reducir el desperdicio de alimentos y fortalecer las comunidades locales también forman parte del ámbito de trabajo de BRF, a través de la labor del Instituto BRF. La directora ejecutiva del instituto, Raquel Ogando, señala que alrededor de 1 millón de personas ya han sido alcanzadas con contenido educativo sobre este tema. “El fomento a la investigación también es una estrategia que ha sido utilizada. En colaboración con la Fundación José Luiz Egydio Setúbal, hemos publicado dos artículos sobre la situación de pérdidas y desperdicio de alimentos en Brasil”, añade.
La acción directa con las comunidades también
está dentro del alcance de las iniciativas, mediante proyectos específicos y
actividades sociales lideradas por los Voluntarios BRF. Las acciones más
recientes del Instituto incluyen la realización de un hackathon con el
objetivo de estimular la creatividad y el pensamiento crítico de adolescentes y
jóvenes, además de una iniciativa llamada Da Feira ao Prato, en la que
cerca de 20 voluntarios de cada unidad productiva de BRF se movilizan para
establecer asociaciones con mercados y ferias locales en sus respectivas
regiones, transformando alimentos que serían descartados en comidas saludables
para personas en situación de vulnerabilidad social.
Además, con la coordinación del Instituto
BRF, BRF destina productos a bancos de alimentos y organizaciones sociales de
diferentes regiones de Brasil. Uno de los principales socios de la compañía en
este esfuerzo es Sesc Mesa Brasil, la mayor red privada de bancos de alimentos
de América Latina, que promueve acciones de combate al hambre y al desperdicio,
coordinadas por el Servicio Social del Comercio (Sesc). En 2024, BRF ya ha
destinado más de 60 toneladas de alimentos a la institución, reforzando la
seguridad alimentaria de miles de familias en situación de vulnerabilidad
nutricional y alimentaria.